Y entonces llegó el sol

No voy a excusarme por no escribir durante seis meses, pues la llegada del pequeño Héctor a casa no me ha permitido hacer mucho más que dedicarme a él, y no hay que excusarse por esas cosas.

El mundo ha cambiado desde entonces.

Suelta de globos con buenos deseos para Héctor

Decidimos hacerle una fiesta de bienvenida al mundo al cumplir los seis meses. Fue un evento bonito, lleno de luz (¡y de calor!), con amigos y familia, (casi) todos aquellos que quieren al pequeño Piru. A través de los cuatro elementos de la naturaleza: aire, fuego, agua y tierra, le dimos entre todos una gran carga de amor y, sobre todo, buenos deseos y cualidades. Tanto cariño sólo puede augurar mucha felicidad, toda la que se merece, toda la que le podamos dar.

Tenía muchas ganas de escribir pero poco que decir más que gracias a todos los que compartisteis con nosotros ese día, a los que lo intentasteis y no pudisteis venir y a todos los que de una forma u otra estuvisteis con vuestro corazón.

Dejo la canción que ya es, para nosotros, la canción de nuestro sol, Héctor, domador de caballos.